DÓNDE: TEATRO REGIO - Av. Córdoba 6056 - CABA
FUNCIÓN : viernes 26 de abril a las 20.00 hs
DURACIÓN: 77 minutos
VALOR DE LAS LOCALIDADES: Platea $ 7.000 // Jubilados $ 3.500
COMPRA DE LOCALIDADES: Cada interesado en asistir deberá comprar su entrada, personalmente en la boletería del Teatro Regio o en cualquier sala perteneciente al Complejo Teatral Buenos Aires, o bien on line en el sitio https://entradasba.buenosaires.gob.ar previo registro en el mismo.
SINOPSIS: Los gestos de la sal se basa en un cuento de Alejandra Kamiya, inspirado en un documental acerca de la vida en una salina venezolana antes de la extracción industrial de la sal, pero trasladándolo a un ámbito local, el norte argentino. Se trata de una historia de amor muy parecida a casi todas las historias de amor, y sin mayores conflictos. Un hombre ama a una mujer y decide hacerle un regalo. Compra un ramo de rosas, pero en un lugar donde nunca ha habido antes rosas...
El eco de las manos hace referencia a cómo nuestro camino puede ser modificado con un simple toque. A veces la vida nos acaricia y otra nos golpea, nuestro cuerpo y emociones se abren o se bloquean en respuesta a esto, y a partir de allí también nos relacionamos con el mundo que nos rodea en un intercambio casi infinito.
Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín
Dirección Andrea Chinetti
Codirección Diego Poblete
Constanza Agüero, Brenda Arana, Camila Arechavaleta, Adriel Ballatore, Lucía Bargados, Juan Camargo, Carolina Capriati, Matías Coria, Francisco De Assis, Matías De Cruz, Flavia Dilorenzo, Lautaro Dolz, Rodrigo Etelechea, Fiorella Federico, Paula Ferraris, Gastón Gómez, Jonás Grassi, Alejo Herrera, Benjamín Lameiro, Daniela López, Vicente Manzoni, David Millán, Boris Pereyra, Silvina Pérez, Eliana Picallo, Andrea Pollini, Eva Prediger, Lara Rodríguez, Rubén Rodríguez, Damián Saban, Ivana Santaella, Manuela Suárez Poch, Antonella Zanutto
Asistencia coreográfica Elizabeth Rodríguez y Melisa Buchelli
Coordinación técnica de escenario Tomás Torres Oviedo, Paz Corinaldesi
Producción técnica Ángel Ariel Porro
Coordinación de producción Leandro Rosenbaum
PROGRAMA
Los gestos de la sal
Teresa Duggan
Sobre el cuento de Alejandra Kamiya
Voz en off en la banda sonora Alejandra Kamiya
Música original Gingo Ohno
Diseño de iluminación Teresa Duggan, Alberto Lemme
Diseño de vestuario Nam Tanoshii
Diseño de escenografía Mariela Solari
Coreografía y dirección Teresa Duggan
El eco de las manos
Nicolás Berrueta / Claudio Martini
Música original Claudio Martini
Diseño de iluminación Alberto Lemme
Diseño de vestuario Nicolás Berrueta
Coreografía y dirección Nicolás Berrueta
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*Cada participante deberá comprar su entrada y confirmar su asistencia vía mail a: elsa.argentina@gmail.com
*No solicito retribución alguna por proponer esta salida al teatro
*Nos vemos !
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MARAVILLOSOS BALLETS, UNO POÉTICO Y ROMÁNTICO, OTRO MÁS FUERTE Y DRAMÁTICO. IMPERDILES AMBOS !! FELICITACIONES !!
MUCHAS GRACIAS CLAUDIA Y STELLA MARIS POR ACOMPAÑARME AL TEATRO + CENA EN EL TIMÓN !!
EL GESTO DE LA SAL
Los gestos de la sal, de Teresa Duggan, y El eco de las manos, de Nicolás Berrueta, son obras muy diferentes en su estética, su lenguaje y los mundos que cada una presenta.
ResponderEliminarLos gestos de la sal se basa en un cuento de la escritora argentina Alejandra Kamiya, que a su vez se había inspirado en un documental de la década del '50 donde se registra el pasaje de la extracción artesanal, en unas salinas de Venezuela, a la explotación industrial.
Duggan trasladó el relato al noroeste argentino y lo puntuó con las etapas que van atravesando un hombre y una mujer que se enamoran, unas rosas que aparecen un poco mágicamente y la llegada de la hijita de la pareja.
Hay varios personajes y objetos en la obra, entre estos últimos una gran luna que sube y baja varias veces desde lo alto del escenario o una ventana que se usa de una manera fugaz.
Para quien no conozca anticipadamente el cuento original o al menos el desarrollo de la historia, puede no resultarle fácil desentrañar quiénes son o en todo caso, qué les ocurre a algunos de los personajes: por ejemplo, los muchachos que entran y salen, a veces con ramas en las manos, a veces un poco ocultos, a veces como simples trabajadores.
Igualmente no es fácil comprender qué representan dos mujeres con fabulosos vestidos rojos o las dos muchachas de blanco que también aparecen intermitentemente. Seguramente cada espectador creará su propia historia.
Más claro es el devenir de la relación de los enamorados, Atanasio y Petra, para el que la coreógrafa eligió un tono de inocencia. Como también tiene un marco de inocencia el final, con el trabajo de parto y el nacimiento de una niñita que se llamará Rosa.
Muy sugestiva es la escena de la novia y sus amigas, unidas por hilos casi imperceptibles, e igualmente atractivos los cuadros de evocación folclórica: el inicio de una zamba, esbozos de un carnavalito; las danzas populares genuinas, sin duda, siempre tienen un eco bienhechor en quien las observa.
La voz de la propia Kamiya aparece en algunos momentos, leyendo pasajes de su cuento. Lamentablemente no siempre pueden captarse bien sus palabras porque quedan en un segundo plano respecto de la música, creada especialmente por Gingo Ohno.
Una bienvenida sorpresa
ResponderEliminarEn la segunda parte del programa, una gran sorpresa: la obra de Nicolás Berrueta, joven coreógrafo que desarrolló su carrera fundamentalmente como intérprete y que hace no demasiado tiempo se volcó a la creación.
Sobre El eco de las manos había anticipado, -palabras más, palabras menos-, que se refería a cómo el camino de cualquier persona puede ser modificado a partir de un simple toque: “A veces la vida nos acaricia, a veces nos golpea; a veces nuestros cuerpos y nuestras emociones se abren o se bloquean”.
Un punto de partida, si se quiere, un poco abstracto: ¿cómo transformar en danza esas ideas? Sin embargo, Berrueta lo logra muy plenamente, con la colaboración de Claudio Martini en el guion. Martini creó además la hermosa música que acompaña la obra.
Nicolás Berrueta juega con los elementos con los que construyó su obra y aquí cabe bien comentar algunas acepciones del término “juego”. Por ejemplo, jugar a las escondidas como una actividad infantil regida por el azar y unas pocas reglas básicas (buscar a quien está oculto, contar hasta cien); o jugar al póker, regido también tanto por el azar como por reglas estrictas, aunque estas son muy serias (raramente alguien se ríe en una partida de póker).
Pero volviendo al cauce de El eco de sus manos, Berrueta jugó con los elementos básicos de la danza: el espacio, el tiempo, la energía. Tan pronto el escenario está enteramente ocupado por los doce bailarines, como va recortándose el solo de un intérprete de “la masa”, o se concentra en la secuencia de una pareja, o se suceden tres úos en rincones inesperados del escenario.
En el ordenamiento muy preciso de estos acontecimientos hay una mano del coreógrafo muy decidida y muy clara en sus resultados. Pero al mismo tiempo, la obra respira con mucha libertad, como si las “reglas” fueran inventándose a cada paso, aunque suene raro decirlo. No es que parezca que la obra se mueve por su libre albedrío -idea un poco absurda-, sino que es el coreógrafo el que logra este difícil equilibrio.
El eco de las manos no cuenta una historia, ni lineal ni no lineal. Pero en su devenir las emociones afloran y es seguramente allí que reside la pura potencia de la danza.
OPINIÓN de Patricia Casañas: DUGGAN + BERRUETA, impactante programa, brillante inicio de temporada del Ballet Contemporáneo del San Martín
ResponderEliminarA esta altura resulta ocioso decir que el Ballet del Teatro San Martín es la nave insignia de la danza contemporánea argentina. Dirigida con mano sabia por Andrea Chinetti y Diego Poblete e integrada por un mix de bailarines experimentados y elementos jóvenes en crecimiento, la compañía tiene además la virtud de abrir constantemente su repertorio a los creadores de nuestro país. Es el caso de Duggan + Berrueta, que inició la actividad de este año del elenco fuera de su espacio habitual: la sala Martín Coronado del Teatro San Martín. Trasladado al Teatro Regio, que también forma parte del Complejo Teatral de Buenos Aires, el Ballet se adaptó con profesionalismo a las reducidas dimensiones del escenario, aprovechando incluso las superficies adyacentes al proscenio. Claro está que las dos obras del programa no requirieron de la compañía in totum, y por eso esperamos que este desplazamiento de sede no se transforme en algo habitual.
La amplia trayectoria de Teresa Duggan nos habla de una artista interesada en los cruces de lenguajes y estéticas. Un ejemplo de su pasión por lo oriental fue su anterior colaboración con el Ballet del San Martín, Dos pétalos, sobre un cuento japonés anónimo. Los gestos de la sal también tiene su raigambre en la literatura de ese origen, pero trasladando su historia al noreste andino. Duggan concibió una obra de delicada belleza, atravesada muy sutilmente por un perfume japonés en los cambios de escena, en la inocencia de la narración, en las imágenes impregnadas de una conmovedora sencillez. Colaboraron para ello el magnífico vestuario de Nam Tanoshii y la música de Gingo Ohno -carnavalito incluido-, una dupla creativa que ya acompañó a Duggan en su recordada El gran invierno. La coreógrafa incorporó algunos pocos objetos (ramas, agujas, hilos, plumas) que junto a un mínimo juego de sombras coadyuvaron a crear la magia del relato. Quizás las intervenciones de la voz de Alejandra Kamiya sean algo gratuitas, pero esto no hizo mella en el excelente resultado final. Puestos eficazmente en la piel de sus personajes, Rodrigo Etelechea y Fiorella Federico encabezaron con entrega al grupo de intérpretes.
En el otro extremo, se presentó El eco de las manos, un trabajo fuerte, energético, extenuante para los bailarines y de gran potencia visual. Según su autor, Nicolás Berrueta, “la obra hace referencia a cómo nuestro camino puede ser modificado con un simple toque. A veces la vida nos acaricia y otras nos golpea, nuestro cuerpo y emociones se abren o se bloquean en respuesta a esto, y a partir de allí también nos relacionamos con el mundo que nos rodea en un intercambio casi infinito.” El eco de las manos deja planteadas al espectador cientos de imágenes cuyo significado puede ser esbozado en muchos sentidos, pero que no lo dejará indiferente. El impactante Juan Camargo protagonizó al torturado personaje objeto de esos cambios y angustias, en dúo con Manuela Suárez Poch y una docena de increíbles bailarines.