MARTES 29-11-2022: TOSCA - ÓPERA en el TEATRO COLÓN

DÓNDE: TEATRO COLÓN - Cerrito 623 / Libertad 621 - CABA

FUNCIÓN: martes 29 de noviembre a las 20.00 hs

ENTRADA: comprar en boletería del teatro, dirección: Tucumán 1171.  Horario de boletería: lunes a sábados de 9 a 20 hs y domingos y feriados de 9 a 17 hs.  INFORMES: +54 11 4378-7100


TOSCA

Ópera en tres actos (1900)

Música de Giacomo Puccini, con libreto en italiano de Luigi Illica y Giuseppe Giacosa, basado en la obra teatral La Tosca de Victorien Sardou.

Producción del Teatro Colón

Dirección Musical: Michelangelo Mazza 

Producción original: Roberto Oswald

Dirección Escénica: Aníbal Lápiz

Escenografía: Roberto Oswald

Vestuario: Aníbal Lápiz

Iluminación: Rubén Conde


ORQUESTA ESTABLE DEL TEATRO COLÓN

CORO ESTABLE DEL TEATRO COLÓN

Miguel Martínez | Director

CORO DE NIÑOS DEL TEATRO COLÓN

César Bustamante | Director


Principales Intérpretes NOV 29

Reparto

*FLORIA TOSCA Anna Netrebko 

*MARIO CAVARADOSSI Yusif Eyvazov 

*BARÓN SCARPIA Fabián Veloz 

*SACRISTÁN  Gustavo Gibert 

*CESARE ANGELOTTI Emiliano Bulacios

*SPOLETTA Darío Schmunck 

*SCIARRONE Carlos Esquivel 

*CARCELERO Leonardo Fontana 

*PASTOR


Amor, celos, asesinato, traición y venganza componen este drama que tiene como telón de fondo los enfrentamientos entre republicanos y monárquicos en la península itálica a fines del siglo XVIII. Este clásico está ligado al Teatro Colón desde el año de la inauguración de su edificio en 1908 y, desde entonces, se ha representado a lo largo de todas las décadas durante 110 años. Esta producción de Roberto Oswald (1933-2013), uno de los más importantes directores de escena de la casa -que, además, sumaba el diseño de escenografía e iluminación- se presentó por primera vez en 1992 y volvió a verse en las temporadas 1993, 1998, 2003 y 2016. 

La acción se desarrolla entre la tarde del 17 y la madrugada del 18 de junio de 1800, en una Roma agitada por la restauración papal, la aprensión a las ideas iluministas y el miedo a la expansión napoleónicaLa iglesia de Sant’Andrea della Valle, Palazzo Farnese y la torre de Castel Sant’Angelo son las tres locaciones de la puesta de Roberto Oswald.

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Fotos del fotógrafo del Teatro Colón Máximo Parpagnoli

  




Fotos del fotógrafo del Teatro Colón Máximo Parpagnoli


















2 comentarios:

  1. Opinión de Pablo Kohan La Nación: La magnífica Anna Netrebko creó una Tosca para el recuerdo del público argentino. Se programaron un total de diez funciones, un triple elenco y el curiosísimo caso de dos directores musicales diferentes para una misma puesta operística. Pero, sobre todo, hubo un nombre que terminó por dejar a absolutamente todo el resto en un segundo plano. En tres oportunidades, el rol protagónico de esta ópera iba a estar en la voz, el cuerpo y el arte superior de Anna Netrebko, hoy por hoy, un nombre icónico e indiscutido en el mundo de la lírica que, sabido es, está envuelta en cancelaciones cuya pertinencia o lógica es materia constante de disputas y divergencias.
    La interminable ovación clamorosa, ruidosa, tribunera y justificadísima que continuó a “Vissi d’arte”, el aria que la sufrida y violentada Tosca canta en el segundo acto, puede oficiar de testimonio de lo que Netrebko puede provocar, tal vez, como nadie. Y si el frenesí de ese momento terminó fue porque Anna se movió en el escenario y dio a entender al público que ya era suficiente y que la ópera debía continuar.
    De principio a fin, todas sus intervenciones, en las que aplica todo tipo de inflexiones, interpretaciones, sutilezas y certezas vocales y artísticas contundentes, fueron admirables. Con todo, si una golondrina no hace verano, una cantante, aún la más extraordinaria, tampoco puede sostener solita una ópera, un espectáculo en el que coinciden y confluyen otros cantantes, músicos, ideas escénicas y concepciones estéticas. Y en este sentido, no todo fue excelso. Para esta ocasión, Aníbal Lápiz dirigió la puesta que Roberto Oswald diseñó y realizó hace exactamente treinta años y que, como era su característica, luce monumental, hiperrealista en recrear los ámbitos de 1900 y también abundante en personajes que se acumulan en el escenario e insistente en agregar detalles y vestuarios lujosos no estrictamente necesarios.
    La terraza del Castel Sant’Angelo donde será fusilado Cavaradossi (por un copioso batallón de una docena de soldados) no es un lugar despojado sino una suma de planos, escalones y muros macizos, todo coronado por una estatua imponente. Esa majestuosidad, de alguna manera, le resta intimidad a las reflexiones finales de quien habrá de ser ajusticiado o al diálogo de Floria y Mario que, ilusionados, esperan por un futuro que no habrá de llegar. Aun cuando este tipo de puestas son, efectivamente, modelos de concepciones de otros tiempos, cuando, tal vez, lo escenográfico primaba por sobre la dirección teatral, su realización fue impecable.
    También fueron muy logradas las participaciones de Yusif Eyvazov y de Fabián Veloz. Con su timbre peculiar y todas sus capacidades, Eyvazov construyó su Cavaradossi con suficiencia y arte. Todos los que van a ver Tosca esperan, por supuesto, el momento del tercer acto en el cual el tenor canta “E lucevan le stelle” y Eyvazov -a quienes muchos gustan de denostar con el peyorativo apelativo “el marido de Netrebko”- actuó y cantó con gran sensibilidad la tristeza de quien se despide sosteniendo que amó la vida. Fabián Veloz, con las capacidades que se le reconocen, estuvo a la altura de las circunstancias y construyó un Scarpia detestable. Sin amilanarse ante sus coequipiers, Fabián se lució cuando Scarpia canta su horrendo credo, en el final del primer acto. El asunto es que estando Netrebko en escena, las comparaciones y el establecimiento de paralelismos son inevitables y esas distancias, para ambos, fueron algo desventajosas. Y ese “algo” se transforma en “mucho” con el resto del elenco que, aun cuando son personajes ocasionales en mayor o menor medida, estuvieron, esencialmente, por cuestiones de caudal y presencia, en otra dimensión.
    La orquesta, el coro y el coro de niños, tuvieron una buena actuación bajo la muy experta mano de Michelangelo Mazza. En el final, el aplausómetro premió generosamente a Veloz y a Eyvazov, como se lo merecían, y estalló descomunal para agradecer a Anna Netrebko. Todas las expectativas habían sido cumplidas.

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  2. Fue de excelencia la ópera TOSCA en el Teatro Colón, los cantantes principales de esta fecha que asistí fueron maravillosos, destacándose Anna Netrebko, una artista completa, bella, carismática y de impresionante voz, claro que nos deslumbró en el momento culminante del “Vissi d’arte”. El tenor Yusif Eyvasov fue un gran Mario Cavaradossi, hermoso en "Recondita armonia" y “E lucevan le stella”. El barítono Fabián Veloz, también de magnífica voz, compuso un Scarpia admirable de tan despreciable.
    Me encantaron las escenografías de los tres actos representando respectivamente la iglesia de Sant’Andrea della Valle, el Palazzo Farnese y la torre de Castel Sant’Angelo. hermosos también los vestuarios.
    Para mi todo un 10 !!

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