DÓNDE: TEATRO PICADERO - Pasaje Enrique Santos Discépolo 1857, CABA
FUNCIÓN: miércoles 7 de febrero a las 20.00 hs
ENCUENTRO: a las 19.30 hs en el hall del teatro
ENTRADA: PLATEA: $ 17.000
Comprar en la Boletería del teatro, o bien comprar ON LINE en www.plateanet.com
Mi Ubicación: FILA 3 BUTACA 18
Una vez comenzada la función, no se permitirá el ingreso a la sala.
SSINOPSIS: Marilú Marini desplegará un monólogo que viaja desde lo íntimo a lo artístico para hablarnos del presente, el ayer y el mañana de las relaciones materno-filiales. Esta adaptación teatral de la aplaudida novela de Negroni es un ajuste de cuentas de una hija con una madre desesperada y desesperante; el desmontaje de una vida que va de la simbiosis al enfrentamiento, de la huida de la casa familiar a la clandestinidad revolucionaria y de la migración al descubrimiento de sí misma a través de la escritura.
ELENCO: Marilú Marini
DISEÑO ESCENOGRAFÍA: Oria Puppo
DISEÑO ILUMINACIÓN: Oria Puppo
DISEÑO VESTUARIO: Oria Puppo
PRODUCCIÓN GENERAL: Eloísa Canton - Bruno Pedemonti
COMPOSICIÓN MUSICAL: Diego Vainer
DIRECCIÓN: Alejandro Tantanian
DISEÑO DE SONIDO: Diego Vainer
*Cada participante deberá comprar su entrada y confirmar su asistencia enviándome un mail a: elsa.argentina@gmail.com
*Al finalizar la función si gustan, se puede ir a cenar por la zona ( Opcional )
*No solicito retribución alguna por proponer u organizar esta salida al teatro
*Nos vemos !
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Impresionante actriz Marilú Marini, hipnótica y atrapante, el texto es un álbum de infancia, el museo de cera de la memoria de una hija ante la colosal figura de su madre que por momentos es la maestra del daño.
Es para ver...imperdible diría !! 💖
El corazón del daño es una adaptación teatral de la novela homónima de María Negroni con la colaboración de Oria Puppo y Alejandro Tantanian, dirigida por Alejandro Tantanian y protagonizada por Marilú Marini. El diseño de escenografía, iluminación y vestuario es de Oria Puppo y el diseño de sonido y composición musical, de Diego Vainer. La producción general está a cargo de Eloísa Cantón y Bruno Pedemonti // Pipa Produce.
ResponderEliminarMarilú Marini desplegará un monólogo que viaja desde lo íntimo a lo artístico para hablarnos del presente, el ayer y el mañana de las relaciones materno-filiales. Esta adaptación teatral de la aplaudida novela de Negroni es un ajuste de cuentas de una hija con una madre desesperada y desesperante; el desmontaje de una vida que va de la simbiosis al enfrentamiento, de la huida de la casa familiar a la clandestinidad revolucionaria y de la migración al descubrimiento de sí misma a través de la escritura.
“Las relaciones materno-filiales siempre son complejas y, a su vez, absolutamente singulares”, explica Alejandro Tantanian, que leyó la novela de Negroni cuando se publicó en 2021 y enseguida pensó en llevarla al teatro con Marilú Marini como actriz protagónica.
El corazón del daño se estrenó mundialmente en el Teatro Español de Madrid, con producción de Teatro Kamikaze, realizando una exitosa temporada entre los meses de septiembre y octubre de 2023.
Crítica por Mario Martín Lucas para Traslamascara: El punto y el contrapunto. Una hija a quien persigue el recuerdo de su madre, con el sentimiento de nunca haber sido capaz de estar a la altura de lo que aquella esperaba, de lo que exigía su progenitora. Cualquier hito, por importante que fuera conseguirlo, era insuficiente, como las necesidades de afecto que precisaba la niña que fue, que quedaban atrapadas entre la sensación de frio que inundaba el pasillo que daba la habitación de su madre, en un recuerdo que martillea su cerebro, hasta afirmar ‘Mi madre: la ocupación más ferviente y más dañina de mi vida‘…’Nunca amaré a nadie como ella‘, para a continuación ampliar la descripción de lo que fue su relación, utilizando la cita de Stendhal de ‘He amado a mi madre con pasión criminal‘.
ResponderEliminar“Mi madre: la ocupación más ferviente y más dañina de mi vida.”
María Negroni escribió en el año 2021 su novela ‘El corazón del daño‘ y ahora adapta su texto para crear una propuesta teatral, a cuatro manos, en colaboración con Alejandro Tantanian, quien también dirige el espectáculo subsiguiente.
Una madre y una hija unidas por el dolor y el amor, por la necesidad mutua la una de la otra, al mismo tiempo que la huída se fragua como lo único posible, eligiendo el juego de los recuerdos, siempre subjetivos, por encima de la desazón provocada por una cercanía donde respirar, de forma autónoma, se convierte en algo imposible. “Yo amaba como vos, ‘Madre’, aborreciendo.”
Una mujer de apariencia frágil se hace presente sobre la escena, luce un elegante vestido negro que encuentra el contrapunto en las zapatillas deportivas de color rosa sobre las que se desenvuelve, con una cierta dificultad de movimientos, es Marilú Marini, reconocida actriz argentina de 83 años de edad, con una larga y exitosa carrera, que lo primero que hace es agradecer la oportunidad de pisar ese espacio teatral. Ella interpretará a la hija que nos compartirá sus recuerdos sobre su madre y pasa a hacerlo tras anunciar, rememorando a Clarice Lispector, ‘Voy a crear lo que me sucedió‘.
«La literatura es una forma elegante del rencor”
La fragilidad observada en el principio muta inmediatamente, la actriz se inviste de su personaje. La hija habla de sus recuerdos, de sus anécdotas, de su dolor en el seno de esa relación tóxica con una madre a la que siempre echó de menos, aún habiendo huido de ella, poniendo kilómetros por medio, hasta refugiarse en New York, con el eco del ruido de la dictadura militar en Argentina y la mixtura de su propia experiencia maternal. Marilú Marini maneja las emociones y nos emociona.
“He amado a mi madre con pasión criminal” (Stendhal)
La escenografía diseñada por Oria Puppo enmarca la escena con una especie de portarretratos tras el cual la protagonista se sentará frente a una mesa con varios utensilios de atrezzo, entre los que destacan un cuaderno y un bolso del que irá sacando otros elementos, como unas tazas y una tetera, pero todos esos recursos resultarán nimios frente a la presencia de la actriz, Marilú Marini, que supone el verdadero punto fuerte de esta propuesta.
“Nunca te mataré lo suficiente, madre. Nunca estarás debidamente muerta.”
Texto denso y duro el creado por María Negroni, que es acertadamente recreado por Marilú Marini.
OSVALDO QUIROGA dijo: El enorme talento de Marilú Marini en un espectáculo sobre lo íntimo.
ResponderEliminar“La escritura es un asunto grave.
No basta con recoger los restos del naufragio.
Hay que instalar, en medio de las ruinas, las marcas de la obsesión”.
Las palabras pertenecen a María Negroni, autora de “El corazón del daño”, donde indaga poéticamente en la relación de una hija con su madre. Negroni escribió ensayos, novelas y algunos de los poemas más bellos de nuestra lengua. La fuerza de su escritura radica siempre en la matriz poética de sus textos. Y en el espectáculo que se estrenó en el Teatro Picadero, con la inolvidable Marilú Marini, dirigida por Alejandro Tantanian, el tono poético se impone desde el primer instante. Marilú es una actriz única, excepcional. Ya cuando ingresa en escena genera un silencio que solo provocan los grandes intérpretes. Marilú viene a jugar. Juega con sus tonos, con sus muecas, con sus movimientos. Juega, también, con la comedia y la tragedia, de ahí que haya sido señalada como una actriz beckettiana.
“El corazón del daño” podría pensarse como la voz de la hija reconstruyendo la de la madre. No importa si las cosas ocurrieron o no. Lo que cuenta es esa nueva construcción que se hace desde el espacio escénico. La madre es quien mayor daño puede hacernos y quien mejor puede cuidarnos. Esa contradicción define al ser que nos da la vida. Pero más allá de su cuerpo protector, siempre está el lenguaje, la lengua que parlotea. Y el parloteo puede ser tan despiadado como la mirada. Puede, ¿por qué no?, haber un goce cruel en la madre descalificando al hijo o a la hija. Palabras que impactan en el psiquismo y retornan en la adultez. Frases que no se van y constituyen el singular lenguaje de cada uno. De eso habla en “El corazón del daño” María Negroni. Habla de lo íntimo, como lo hace François Jullien en “Lo íntimo. Lejos del ruidoso amor”: “Se dice íntimo a aquello que está contenido en lo más profundo de un ser; y así hablamos de un sentido íntimo o de la estructura íntima de las cosas”. Lo íntimo sólo puede atravesarse poéticamente. Porque lo íntimo está inscripto en el cuerpo. Es una marca de origen. O una llaga que supura a la lo largo de la vida. Lo íntimo es lo más lejano y lo más cercano a la vez.
El diseño de escenografía, iluminación y vestuario de Oria Puppo es central para adentrarse en el espectáculo. El marco que se impone en el escenario da cuenta del pasaje de la ficción a la no ficción. Lo que ocurre detrás del marco es la ficción y lo que sucede delante del marco es la no ficción. Como sostiene Tantanian en una nota de Alejandra Varela en la Revista Ñ: “Está la figura y el fondo, a su vez hay un portarretrato en la mesa como efecto de infinito, para poder trabajar la fragmentación del espacio”.
“El corazón del daño” es también una obra sobre la liberación, o sobre un nuevo nacimiento de la misma mujer que estuvo sometida a la palabra de su madre. Y una vez que se emprende la ruptura, que sería el camino hacia otras palabras y nuevas identificaciones, ni siquiera la irrupción de la dictadura puede torcer el sendero. Hay un revolver que la protagonista toma cerca del final. Pero no apunta hacia ella; apunta hacia los otros. No se trata del suicidio como la vuelta del yo contra sí mismo, como sostuvo Freud. Se trata de matar simbólicamente a los otros.
El espejo, el rouge y la lupa provienen de “Los días felices”, de Samuel Beckett, que Marilú Marini interpretó en la Argentina. Pero también hay sonidos que evocan una obra corta del irlandés: “Impromptu de Ohio”, pieza en la que los golpes en la mesa permiten el cambio de ritmo y tono.
Por último, este espectáculo impacta en el cuerpo del espectador de tal manera que pueden pasar los días y las imágenes regresan una y otra vez, como una letanía, como un efecto de enceguecimiento y ensoñación que da cuenta de la potencia de la belleza en su estado más puro.